Segunda derrota de Gelves

De Caballipedia
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1559

El duque de Medinaceli, virrey de Sicilia, propone al rey reconquistar Trípoli, defendida por Dragut. A tal efecto, escribe al virrey de Nápoles, Perafán de Ribera, duque de Alcalá, para que facilite hombres, ya que el gobernador de Lombardía le disuade de sacar tropas del ducado hasta que el nuevo rey de Francia suscriba el tratado. A Andrea Doria y a Juan de Mendoza el rey les ordena que aporten las galeras necesarias pero, cuando el rey la pone al mando del joven Gian Andrea Doria, Juan de Mendoza regresa ofendido a España con sus galeras, siendo sustituidas por las del papa y las del duque de Florencia.

Los preparativos del duque se retrasan más de lo esperado, por lo que llega el otoño y Doria propone abandonar la empresa ante el riesgo de sufrir un temporal frente a playas enemigas. Confirmada la paz con Francia, Álvaro de Sande reúne en Lombardía 2.000 españoles de Barahona, otros tantos italianos de Andrea Gonzaga y tres compañías alemanas de la coronelía de Juan Battista del Arco. El virrey de Nápoles se niega inicialmente a contribuir y el de Sicilia solo aporta compañías sueltas ante el riesgo de sufrir un ataque por parte de Bialí. La muestra arroja un total de 37 compañías españolas, 35 italianas, 4 alemanas y 2 de Malta, sumando 14.000 infantes cuyo maestre de campo general es Luis Osorio. La flota consta de:

  • 53 españolas: Juan de Mendoza;
  • 10 de Sicilia: Berenguer de Requesens;
  • 6 de Nápoles: Sancho de Leiva;
  • 5 de Génova: Scipion Doria;
  • 3 naves del papa;
  • 4 de Florencia;
  • 6 de Malta;
  • 4 particulares.

El gran maestre de Malta envía dos fragatas a Berbería a recabar información, pero una de ellas es apresada por corsarios que la llevan a los Gelves, donde se encuentra temporalmente Dragut intentando someter un motín en Cairuán. Los prisioneros confiesan los planes de invasión contra Trípoli, por lo que refuerza Trípoli con 2.000 turcos y muchas municiones. Además envía a Constantinopla un calabrés renegado para recabar apoyo de Pialí.

La partida se retrasa por el mal tiempo, enfermando muchos hombres a los que no se permite desembarcar para evitar su deserción o las molestias a la población. La causa es un bizcocho mal cocido que se corrompe demasiado pronto y provoca infecciones intestinales, falleciendo 4.000 soldados. En consecuencia, antes de partir 10 naves carecen ya de personal. Algunos soldados de las compañías de Lope de Figueroa y Vincencio Castañola se amotinan, matan a los tripulantes y escapan a la isla.

A primeros de diciembre soplan vientos favorables, por lo que las naves abandonan Siracusa y se dirigen a la Seca de Palo sin tocar en Malta, pero por la noche un viento contrario las devuelve a puerto. Allí consumen más tiempo y bastimentos, pero se ven reforzadas por un galeón que trae en conserva 3 naves de Tarento con 7 compañías de españoles.

1560

El 10 de febrero sale el duque de Medinaceli de Malta, pasa por Gozo, Quérquenes y Gelves, donde apresan dos naves mercantes y se detienen a repostar agua. Álvaro de Sande forma un escuadrón de 3.000 soldados para proporcionar seguridad. Son acometidos por los moros de Dragut, que les hacen 157 muertos y 30 heridos incluyendo a Sande.

El jeque le comnina a expulsar a los turcos de la isla y le propone acompañarle después a Trípoli con sus hombre, pero el consejo apuesta por regresar a Sicilia al comprender que la plaza ya había sido advertida y no contaban con el factor sorpresa. Otros eran partidarios de tomar los Gelves para usarlo en el otoño como base de partida hacia Trípoli.

Un nuevo ataque musulmán se cobra la vida de los capitanes Alonso de Guzmán, Antonio Mercado, Adrián García, Pedro Venegas y Pedro Bermúdez. Medinaceli decide tomar Gelves y posponer la empresa de Trípoli. A tal efecto, ordena a Sande que vuelva a desembarcar sus 3.000 infantes españoles a dos leguas del castillo de poniente, cerca de Valguanera, donde había pozos de agua. En un segundo escuadrón forman los 3.000 italianos de Gonzaga y en el tercero otros 3.500 españoles con Luis Osorio. Los arcabuceros forman en mangas independientes.

El jeque Mazaud les acomete, sufriendo 300 bajas y teniendo que retirarse a un bosque próximo a Osorio, quien pierde a los capitanes Gregorio Ruiz, Bartolomé González y Frías. El jeque les ofrece la rendición del castillo y su vasallaje al rey de España, además de un tributo anual de 6.000 escudos. El 14 de marzo, el maestre de campo Barahona y el capitán Jerónimo de la Cerda meten dos compañías españolas en el castillo. Se reúne el consejo, en el que participan el duque, Sande, Gonzaga, Gian Andrea y Flaminio de la Anguilara. Acuerdan fortificar el castillo para quitar refugio a los corsarios y mantener la amistad del jeque. El ingeniero Antonio Conte diseña una estructura cuadrada con cuatro grandes balauartes, y se da comienzo a la construcción, repartiendo un baluarte a cada nacionalidad.

Entretanto, Pialí arma 74 galeras en Constantinopla y mete en cada una 100 jenízaros. Al recibir esta noticia, el virrey de Nápoles escribe a Medinaceli reclamándole su infantería y el gran maestre retira sus galeras para socorrer Malta. El 29 de abril llegan 10 galeras con 1.000 sicilianos y vituallas. El consejo vuelve a deliberar, ya que la mitad de la tropa está enferma y la otra mitad agotada. Unos apuestan por esperar a los turcos y plantearles batalla tanto en mar como en tierra, y el resto por dejar una guarnición en el castillo y regresar a Sicilia.

El 8 de mayo Pialí arriba a Malta pero, al tener noticia de la envergadura de la armada y ejército cristiano, no se atreve a combatir y se limita a enviar a Uluch Alí con varias naves a reconocer Gelves. Cuando los cristianos ven llegar las primeras velas otomanas entran en pánico y muchos marinos desembarcan para intentar buscar refugio entre los moros. Sande sale del castillo con la arcabucería para recoger a los desbandados y devolverlos a la flota. Medinaceli exige el apoyo prometido al jeque, pero este esquiva responderle para no enemistarse con los otomanos. Los corsarios hunden o capturan algunas galeras cristianas cuando intentan huir fuera de formación. Los tripulantes de otras galeras, incluyendo la de Doria, prefieren embarrancarlas en la orilla y buscar refugio en el castillo, entregándose la chusma a los moros. Consiguen salvarse las de Antonio Maldonado, Scipion Doria, Roma, Florencia, Saboya, Génova y particulares.

Viendo perdida su flota y su empresa, Medinaceli huye también a Sicilia tras dejar a Sande como gobernador de la isla. Álvaro asola las casas cercanas al castillo, cava una trinchera, refuerza las murallas y mete en la ciudad todas las provisiones, agua y fajina disponible. Arriba Pialí a la isla y ordena a Dragut que haga acopio de artillería, municiones y soldados. Se reúnen inicialmente 12.000, pero tras liberar a la chusma de las galeras cristianas y convocar a los guerreros locales, alcanzan los 17.000. Llega también el jeque con 500 caballos y 600 turcos pero, en lugar de socorrer a Sande, le conmina a rendirse para salvar a los moros del castillo.

El 25 de mayo acometen los turcos por primera vez con menosprecio de sus vidas y gran desorden, por lo que son rechazados con muchas bajas por ambas partes. Comienza a notarse el calor, muriendo 70 soldados de sed tras ser racionada el agua. Sande organiza una salida por varias puertas en la que hieren a Dragut y ponen en fuga a los gastadores turcos. Como luego se dan al botín, son presa de los sitiadores, teniendo que socorrerles Sande con las reservas.

La falta de agua se hace insostenible porque el aljibe no había sido rellenado convenientemente y el castillo alojaba a más guarnición de la prevista al haber acogido a los huidos de la flota, lo que obliga a Sande a organizar otra salida en dirección a los pozos. También desarbola las 7 galeras que permanecían fondeadas próximas al del castillo y las amarra para que sirvan de plataforma para la artillería, con la que causa muchas bajas a los asaltantes de ese sector. Uluch Alí intenta incendiarlas, pero se lo impiden las cadenas que cruzan el canal y pierde muchos hombres. En la refriega resulta herido el maestre Barahona.

Llega a España Guimarães con las noticias de los Gelves, y el rey despacha a Juan de Mendoza con 16 galeras reforzadas. Doria también está reuniendo las de Italia, pero la situación de Sande es ya desesperada. Pialí planea asaltar la muralla de poniente pero, avisado por algunos que huyen del fuerte de que ha sido muy reforzada por Sande, el 19 de junio lo hace por el puente de galeras. Para ello envía varias barcas cargadas de moros, pero no consiguen romper la cadena ni derrotar a la gente de los capitanes Frontin, Gabrio Piacentino y Mas, entre otros. Los asaltantes se dan a la huida pese a las amenazas de Pialí. Este muda el emplazamiento de la batería, de forma que los defensores no pueden defenderla sin ser muertos por la artillería o los tiradores jenízaros. Fallece así el capitán Diego de la Cerda.

El 20 de junio llega una galera de Malta con pólvora, cuerda y municiones, lo que proporciona una leve esperanza a los defensores. Palí finge que le han llegado otras 50 galeras de Constantinopla y exige a Sande que se rinda, pero este le contesta que resistirán hasta la muerte. El turco ordena entonces minar los muros desde el foso, por lo que Sande ordena la retirada a la segunda línea defensiva, esperando un socorro que nunca llega. Tras cuatro horas de combate, los turcos toman el baluarte Spínola. Sande envía algunos soldados a prender fuego a la fajina que protege las obras enemigas, pero prefieren entregarse forzados por el hambre. En el baluarte de la Cerda emplaza a los capitanes Francisco y Alonso Fenfini, y en la cortina a los alemanes de Gabriel Moriz.

En el Gonzaga los turcos preparan una rampa y cargan a caballo. El capitán Jerónimo de Sande mata a la vanguardia y portaestandarte, y sus hombres a muchos jinetes, pero tienen que ser socorridos por Sande. El 26 de junio se produce un nuevo asalto con escalas, pero es rechazado con grandes pérdidas. Como solo quedan víveres para tres días, Sande organiza una salida fiando su suerte a una batalla antes que al hambre. En un principio debían salir 300 para acometer las trincheras y, una vez superadas, les seguiría el resto, pero esto no ocurre y la vanguardia se ve obligada a retirarse, perdiendo algunos capitanes. Sande tiene que refugiarse en las galeras por lo que es dado por muerto.

La tropa, desesperada, comienza a tratar su rendición con Antonio Olivera, teniente de Sande. Como este se opone, la tropa se rinde por su cuenta enarbolando la bandera blanca. Al conocer la rendición del fuerte, Sande intenta salvarse en una fragata, pero carga a tantos supervivientes que acaba hundida. Cuando sale a nado es apresado por un renegado genovés, quien lo envía a Pialí. Los turcos entran en el castillo y sin respetar el acuerdo matan a la mitad de la guarnición y envía el resto a galeras.

Pialí vende a los heridos y enfermos a los moros locales para aligerar peso y parte con su flota a Sicilia a hacer agua y carne, pero todos los que desembarcan son muertos por la caballería local. El capitán Luis de Saavedra intenta rescatar a los presos, pero es rechazado. Tras saquear e incendiar Augusta, Pialí regresa victorioso a Constantinopla el 27 de septiembre. Solimán envía a los principales cautivos a la torre del perro, en el mar Negro: Álvaro de Sande, Sancho de Leiva, Berenguer de Requeséns, Juan de Cardona, Galeazzo Farnese y Gastón de la Cerda, hijo del duque de Medinaceli, quien muere en prisión. El resto son liberados en 1562, gracias a una tregua que concierta el emperador, algunos serían envenenados durante el viaje de regreso.

Referencias

Notas

Bibliografía

  • Cabrera de Córdoba, Luis. Filipe Segundo, rey de España. Aribau. 1619/1876.